martes, 30 de julio de 2013

Capítulo 11


Allí me encontraba yo. Tirada en el suelo con un brazo inservible, casi desmayada del dolor y con el corazón en un puño por la pérdida de la única persona que sabía lo que me ocurría en realidad. Zeev había sido atravesado con el arma de su propio padre y había desaparecido, dejándome sola y sin saber que hacer.

Un fuerte agarre se cernió a mi pierna y me arrastró hacia aquel agujero que me sacaría de aquella pesadilla o me llevaría a otra peor, aunque peor de lo que me sentía en ese momento jamás me volvería a sentir. Me deslizé por el como si fuera un tobogán cayendo finalmente en un gran montón de ropa vieja y llena de polvo, como abandonada. Supuse que me habría caído por un viejo conducto de lavandería. Miré a lo que me había llevado a aquel lugar, ese agarre misterioso. Era Zeev.

- ¿Estás bien? - me preguntó preocupado.

- Idiota. - las lágrimas empezaron a brotarme de los ojos. Me lancé a abrazarlo. No era normal en mí que hiciera algo como eso, pero yo ya no sabía lo que era normal o no, así que me dió igual. - Ya van dos veces que te me mueres. No me vuelvas a dar un susto así.

- Lo siento. - sentí sus brazos rodeándome la cintura. - Lo siento muchísimo. - Me juntó más a él con mucho cariño. - Me asusté cuando hiciste esa tontería. - me quejé al poco contacto que tuvo con mi brazo herido. Me separó rápidamente y observó mi brazo con culpabilidad. Aparté mi brazo y fui en busca de esa herida de espada que a cualquiera le habría impedido volverse a levantar.

- Estoy bien - le dije rotunda - A mi no me han clavado una espada. Tenemos que encontrar algo para taponar la herida, sino morirás.

- No, Yumi. No me pasa nad... - le saqué la camiseta manchada de sangre dejando al descubierto su torso desnudo. Intentó resistirse pero esa pequeña disputa la gané yo.

Era el cuerpo más perfecto que vi en mi vida. Tenía pequeñas cicatrices que se notaban al tacto. Y en vez de la gran herida que yo me había imaginado solo había un pequeño corte.

- No es posible,  vi como te sobresalía la punta de la espada. Te atravesó - le miré a los ojos pidiendo explicaciones.

- Soy una rata de laboratorio, recuerda. Puede que me quedara algo traumatizado con lo que vi allí pero también tiene su lado bueno. Soy capaz de moverme más velozmente que una persona común y me curo muy  rápido. Pocas cosas pueden hacerme daño. - Me explicó mientras volvía a vestirse y volvía en busca de mi brazo para observar el daño provocado por la esquirla del mueble. - Aquí no es conveniente curarte, no es muy limpio sacarte esto en un lugar que nadie a pisado en años. Vamos, aquí no nos podemos quedar. - me cogió de la mano y empezamos a caminar para salir de aquel lugar.

Me aferré a ese agarre como si me fuera la vida en ello. Zeev lo notó y me pasó el brazo por encima y me besó la frente. Realmente no sabía porqué me sentía así; era como si me costará separarme de él, pero al mismo tiempo era el muchacho que quiso acabar con mi vida. Pero esos ojos dorados mirándome con tanto cariño y preocupación por cualquier rasguño que podría haberme hecho, no se, me provocaban una extraña sensación de alivio porque esté a mi lado. Era como un sentimiento enterrado y destinado a seguir viviendo dentro de mi misma; borroso e inalcanzable.

2 comentarios:

  1. ¡Hola Kyl! No sabes lo feliz que me sentí cuando vi que habías actualizado >.< Aww, Zeev es muy tierno. Me agrada muchísimo. Que bueno que hayan podido escapar, y tengo mucha curiosidad por descubrir que  es aquello que le hicieron a Zeev, aunque él tiene razón ser una rata de laboratorio tiene sus ventajas :)

    Gracias por decirme que significa el nombre de nuestro protagonista, y sí yo hago lo mismo. Los nombres de mis personajes siempre tienen relación con la trama, la personalidad, etc.

    Esperare muy curiosa el próximo capítulo.



    ¡Hasta pronto!

    ResponderEliminar
  2. Hola Kyl! Simplemente me paso a decirte que te espera un premio en mi blog :)
    URL: http://luciernagasnovela.blogspot.com.ar/2013/07/premio.html
    ¡Hasta muy pronto!

    ResponderEliminar