El dolor era insoportable. Me quemaba desde la espalda hasta el estómago, toda la franja que me había abierto con la espada. Aún con el arma clavada en mi torso, y con las estadísticas de supervivencia bajando estrepitosamente debía salir de allí y salvarla. Lo bueno es que ahora tenía arma, cosa que antes carecía de ello. Yumi corrió hacia mí, con una mirada de compasión agarró el arma y la sacó de mi, haciendo que el filo de la espada volviera a rajar la poca carne que se había regenerado en mi cuerpo. Solté un grito ahogado y me agarré el abdomen por instinto, aunque eso apenas mitigaba el dolor y escozor. Will nos miraba con ojos cuiosos hasta que derrepente soltó una risa aguda y estridente, una risa de lunático.
- ¿En serio yo te doy pena? Eso es porque tu no te has visto. Eres idiota, te automutilas para ser una carga cuando ella escape. Muy listo, Jesse - dijo socarrón y sarcástico. - Aunque te cures rápido no puedes evitar el dolor e inclúso la fatiga, a la cual no estás acostumbrado ya que llevarás años sin saber de ella.
- Prefiero estar herido y fatigado que bajo tus pies de nuevo. - solté con dificultad y rabia.
- ¡Venga ya! - se rió - ¿Sigues cabreado por eso?
- ¡Me arruinaste la vida!
- Te la mejoré, - dijo burlón - deberías de estar agradecido. Hay personas que asesinarian a alguien por poseer el poder que tienes.
- Una persona como tú, que daría la vida de su mejor amigo, engañaría y raptaría a la chica que le gusta por codicia. Un depravado y un perturbado. ¿Agradecido? Deberías estar en prisión o en un manicomio, o inclúso mejor, en un laboratorio haciéndote lo mismo que le hicieron a Zeev. - atacó Yumi a Will.
- No, tú no. Todo lo que he hecho ha sido por ti. Él te ha lavado el cerebro, ese payaso. Yumi, yo te deseo y lo sabes. - intentó calmarla Will con palabras llenas de falso amor, palabras realmente vacías. - Es un sueño, una pesadilla de la que pronto despertarás.
- La razón por la que sé que esto es la vida real y no el sueño que tu me has intentado creer que era no es por que sea todo más vivido, o porque Zeev me lo haya dicho, sino porque en los sueños, - dijo Yumi mientras se levantaba poco a poco y sacaba de la cinturilla del pantalón el arma que llevaba encima, apuntando directamente a la cabeza de Will. - nunca te dicen que es un sueño. - y disparó. La vala impactó contra un tubo, el cual perforó haciendo que saliera una nube enorme de humo. Will se retorció por el calor el tubo que hacía que se derretiera sobre William quemando su piel. Yo tan rápido como pude me levanté, mientras Yumi corría hacia la niña. Los gritos de William resonaban en la estancia, haciendo una escena extremadamente espeluznante.
- ¡Julie, corre cielo, vámonos! - gritó Yumi.
- ¡No tero id contigo! Quiedo a mami... Él traerá a mami...
- Olvídate de salvarla... es mia... - dijo William desde el suelo.
- ¡Yumi, vámonos! No la convencerás. - agarré a Yumi y tiré de ella para que empezará a correr, se resistía ya que el deseo de salvar a Julie era mucho más fuerte que el de salvarse a si misma.
- No... ¡NO! ¡Julie! Es un maníaco, acabará con ella, Zeev. - gritaba desesperada mientras yo tiraba de ella, provocando que la herida de mi torso se volviera a abrir doliéndome más que nunca, pero seguí tirando de ella hasta que la saqué de allí. - ¡Zeev suéltame! No puedo abandonarla. Por favor...
La culpabilidad me recorría por dentro, Yumi tenía razón, al lado de William la niña no aguantaría nada, pero el haber estado en el ejército me enseñó que si alguien no quiere ser salvado no se salvará. Yo viví una espantosa experiencia y después de ella lo único que quería era morir para deshacerme de sus consecuencias. Esa niña no volvería a ser feliz después de ese día. Corrimos hasta la sala de calderas y allí encontramos la salida. Nos apartamos de aquel lugar en el que en algún momento de mi vida me vi y sentí seguro. Veía a Yumi correr cansada, sin fuerzas y aún llorando trás de mí. Yo hacía años que no me sentía así, me ardía el pecho al respirar, todas las articulaciones me temblaban y la herida me dolía provocándome que hasta la vista se me nublara. Bajé el ritmo y pare poco a poco, Yumi me miró con preocupación.
- No... Puedo... Más... Lo siento,Yumi. - dije entre intentos de que mis pulmones volvieran a su estado original.
- Tranquilo, no estás acostumbrado a esa parte de los seres humanos normales. Yo también necesito descansar. - dijo amable pero seca.
- No, lo siento por Julie... Siento no poder dejarte salvarla, pero ella no se quería salvar. Y yo soy al que más le fastidia toda esta mierda, es por mi culpa que ese lunático nos quiere matar. Es mi culpa que Anne este muerta, porque yo la eché aún cuando afuera del búnker estaba el enemigo... - solté llorando. - Murió, Anne murió por mi culpa. Dejé a una niña huerfana por tozudez. - mis sentimientos estallaron y salienron de mi boca rápidamente. - Todo es mi culpa, siempre fui el culpable yo... Jamás seré lo que el mundo necesita. Soy un fracaso. Un asesino sin escrúpulos.
- Zeev... Por favor, - me agarró la cara con cariño haciendo que la mirará a sus grandes ojos azúles - eso no es del todo verdad. No te voy a negar que hayas matado a más de una persona ni que no esté molesta por no poder salvar a Julie, pero a pesar de ser tan fuertemente sobrehumano sigues siendo un humano y eso conlleva ser imposible ser perfecto, cometes errores. Pero una cosa que me dijo alguien una vez es que no importa las veces que caes, cuentan las veces que te levantes. - la abracé como si me fuera la vida en ello. Esas palabras se las había dicho yo en un momento en el que Yumi se había decaído debido a los problemas de los rebeldes y el gobierno . Aún no estoy seguro de si recuerda su pasado, pero estoy seguro de que aunque no lo recuerde sigue siendo la chica de la que me enamoré y de la que sigo enamorado.
- Te amo, Yumi. Y cada día me vuelvo a enamorar de ti. - noté que mi abrazo lo correspondía con fuerza y después me apartó de ella con cuidado.
- No recuerdo lo que llegué a sentir por ti, pero la única sensación que no me pude sacar de la cabeza desde que ésto comenzó fue un sentimiento enorme hacia ti. Al principio no sabía el tipo de sentimiento que era, pero ahora lo sé. También te amo, y estoy segura de que siempre te ame. Pero si sé que en este tiempo que he estado con la resistencia, que he pasado contigo, me he enamorado de ti.
- Gracias.
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