Llegué a casa y seguía estando el hogar vacío, no había nadie allí, Will no había vuelto. Me tiré en el sofá ya que la cabeza me estaba matando y me dolía el brazo izquierdo, justo donde se me había clavado la esquirla del mueble. Cansada cerré los ojos y me dejé mecer en los brazos de Morfeo. Un sueñecito hasta que volviera Will no hace mal a nadie.Todo borroso, luces cegadoras pasando sobre mi a una velocidad pasmosa.
- ¡Aguanta! Por favor, Yumi. Sigue aquí conmigo. Te pondrás bien. - sonaba la voz de Zeev en mi cabeza. - Ya estamos cerca.
***
- Señor, está en proceso de eliminado del HDC del cerebro y lo está haciendo más rápido de lo que pensábamos. Como no se la encuentre lo antes posible poco vamos a poder hacer para seguir controlándola. - informó el científico mientras miraba los gráficos del monitor.
- Pues haz lo que haga falta para que eso no ocurra. - ordenó la oscura figura detrás del trabajador.
- Si, señor, haré lo que pueda. Mandaré a todo el equipo trabajar en ello.
- De acuerdo.
El Capitán McConaughey se acercó con paso acelerado al ente que dirigía todo aquello junto con dos de sus soldados. Sus trajes blancos impolutos estaban manchados de tierra y polvo e incluso en el del Capitán se ayaban unas cuantas gotas de sangre.
- Mi señor Gallager. Encontramos a la muchacha, se encontraba en el cuadrante 20 de la zona vieja. - explicó el Capitán.
- Y me puedes explicar porqué no la veo aquí contigo.
- Lo sentimos muchísimo, señor Gallager, no estaba sola y escapó.
- Capitán McConaughey, su hijo está siendo un pequeño mosquito al que hay que aplastar y si no lo hace usted lo haré yo. - dijo Gallager dándose la vuelta para observar un monitor de una maquina vacía roto. - Envíe un pelotón más grande. Yo también me uniré. A la vuelta quiero aquí a Yumi y la cabeza de su hijo. - su voz se tiñó aún más de oscuridad que antes.
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